Mesa Clemmy

Una mesa de actividades para divertirse en un mundo mullido... ¡el de los Clemmy!
La caja es un práctico contenedor para ladrillos blanditos y la ranura en el techo es ideal para introducirlos en su interior. El niño podrá jugar a recuperarlos o apilarlos.
Entre las muchas actividades hay una catapulta para hacer ``saltar`` los Clemmy. Los engranajes hacen girar el carrusel donde se pueden colocar los bloques.
El niño puede dejar caer los Clemmy por las ranuras al interior de las cavidades en las patas de la mesa y luego recuperarlos, desarrollando la comprensión de la relación causa-efecto.
Para estimular la manualidad hay un libro con la actividad del pop-it, y con el martillo ``blando`` el niño puede jugar con la catapulta o introducir los Clemmy por las ranuras más fácilmente.
Un juego rico pensado para el desarrollo sensorial, gracias a las superficies con texturas en relieve y las piezas blandas. Ideal para jugar de pie y ejercitar el equilibrio y la motricidad.
Edad recomendada de 10 a 36 meses.

Mesa Clemmy, una mesa sensorial.

Una mesa de actividades para divertirse en un mundo mullido... ¡el de los Clemmy!

Este juego ha sido creado para estimular el desarrollo sensorial de los más peques de casa, gracias a las superficies con texturas en relieve y las piezas blandas. Ideal para jugar de pie y ejercitar el equilibrio y la motricidad.

Incluye libro con la actividad del pop- it, para estimular las manualidades. 

Edad recomendada: + 10 meses.

 

Una mesa de actividades para divertirse en un mundo mullido... ¡el de los Clemmy!

La caja es un práctico contenedor para ladrillos blanditos y la ranura en el techo es ideal para introducirlos en su interior. El niño podrá jugar a recuperarlos o apilarlos.

Entre las muchas actividades hay una catapulta para hacer "saltar" los Clemmy. Los engranajes hacen girar el carrusel donde se pueden colocar los bloques.

El niño puede dejar caer los Clemmy por las ranuras al interior de las cavidades en las patas de la mesa y luego recuperarlos, desarrollando la comprensión de la relación causa-efecto.

Para estimular la manualidad hay un libro con la actividad del pop-it, y con el martillo "blando" el niño puede jugar con la catapulta o introducir los Clemmy por las ranuras más fácilmente.